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Baelo Claudia. Templo de Isis
Religioso, Romano
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Baelo Claudia. Templo de Isis. Baelo Claudia. Templo de Isis. Columnas del patioBaelo Claudia. Templo de Isis.
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Baelo Claudia. Templo de Isis. Dependencias de los sacerdotesBaelo Claudia. Templo de Isis. Zona sagradaBaelo Claudia. Templo de Isis. Zona sagrada
Baelo Claudia. Templo de Isis. AltarBaelo Claudia. Templo de Isis. PozoBaelo Claudia. Templo de Isis. Pilón
Baelo Claudia. Templo de Isis. Baelo Claudia. Templo de Isis. HogarBaelo Claudia. Templo de Isis. Zona sagrada
Baelo Claudia. Templo de Isis. PilónBaelo Claudia. Templo de Isis. Baelo Claudia. Templo de Isis. Placa votiva dedicada a la diosa Isis. Mármol siglos I-II d.C. Museo de Baelo Claudia
Baelo Claudia. Templo de Isis. Placa votiva dedicada a la diosa Isis. Mármol siglos I-II d.C. Museo de Baelo ClaudiaBaelo Claudia. Templo de Isis. Placa votiva dedicada a la diosa Isis. Plomo siglo II d.C. Museo de Baelo ClaudiaBaelo Claudia. Templo de Isis.
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  • Al este del capitolio (Baelo Claudia. Capitolio) de Baelo Claudia se hallaba el santuario de la diosa Isis, la esposa de Osiris.
  • La identificación de este templo es segura, pues al pie del primer peldaño de acceso al mismo se descubrieron dos inscripciones en forma de dedicatoria: Isidi Dominae.
ISIDI. DO[MINAE]
L(ucius) VECILI[VS]
L(ibens). A(nimo). V(otum) [.S(olvit).]

“A Isis soberana,
Lucius Vecilius
ha cumplido su voto voluntariamente”

[ISIDI D]OMINAE
M(arcus) [SEMP]RONIUS
MAXVMVS V(otum) S(olvit) L(ibens). M(erito).

“A Isis soberana,
Marcus Sempronius
Maximus ha cumplido su voto de buen grado, como es justo”.

  • Estas inscripciones nos revelan o bien el nombre de dos personajes que propiciaron la construcción del templo, o tal vez el de unos duoviri iure dicundo, esto es, los máximos magistrados de la ciudad.
  • El emplazamiento de este templo, en la terraza que domina la plaza del foro (Baelo Claudia. Foro), junto a los tres templos (Baelo Claudia. Capitolio), nos muestra la importancia que tenía en Baelo esta religión oriental y su categoría de culto público.
  • El edificio estaba rodeado por un muro rectangular (5,50 m. de alto) que lo aislaba de las personas ajenas a su culto.
  • Tenía una sola entrada por una ancha escalera que terminaba en una puerta de dos hojas.
  • Su planta presentaba los cinco espacios específicos de los Isea: el pórtico, en el exterior; el patio, en el centro; el templo propiamente dicho, en el patio; los aposentos de los sacerdotes y una sala de iniciación, en la parte trasera.
  • Sin duda es uno de los templos de esta diosa mejor conservados.
  • El pórtico. La puerta de entrada da acceso a un pórtico cubierto con columnas. En el lado norte, delante de las tres salas que ocupan las parte trasera del templo, la galería es un poco más ancha, pero dos poyetes, adosados al muro sur de las salas del fondo, entorpecen el paso y además la galería se estrecha bastante en la parte trasera del podium del templo. Circular por esta galería norte entre los poyetes y el podium resulta muy difícil: el acceso a este corredor debía de estar controlado o prohibido a los fieles.
  • El patio central. La galería rodea un espacio casi cuadrado, sin cubierta. En esta zona se levantaban la mayoría de los elementos necesarios para el culto de Isis: el templo, un altar, un pilón, un hogar (en el que se encontraron restos de ofrendas tales como monedas, huesos quemados de pollos y dátiles e higos calcinados) y un pozo, al que se baja por una escalera. El altar, de forma cúbica, está delante de la escalera del templo; el pozo, el pilón y el hogar corresponden a la liturgia del agua y el fuego que sirve para despertar a la diosa todas la mañanas al son de la flauta. La escalera, de ocho peldaños, bajaba a un pozo poco profundo. Al pie de esta escalera se encontró una tablilla con súplica a Isis Murionima. Se trata de una supplicatio, una oración con forma jurídica: la víctima pide a la diosa que la vengue del ladrón que le ha robado alguna ropa de cama.
  • El templo. Sólo nos queda el basamento, un podium que se eleva un metro como máximo sobre el suelo del patio. Falta todo el alzado del edificio; sólo se conservan dos escalones en la parte delantera, que daban acceso a un pronaos poco profundo. La puerta delantera iba rematada por un frontón. La cella es reducida y tan sólo se ha encontrado un brazo de mármol, que pertenecería a la estatua de la diosa.
  • Las habitaciones de la parte trasera. En el fondo del pórtico norte se abrían tres puertas, que daban acceso a las salas que ocupaban toda la trasera del recinto del santuario. Las dos salas del oeste son de similares medidas, pero la del este, es mucho más ancha. Y es esta sala, parte de la cual iba a cielo descubierto, la que ofrece un mayor interés, pues en ella tenía lugar la ceremonia de iniciación al culto esotérico propio de la religión isíaca. En la mitad de esta habitación aún permanecen en su sitio cuatro basas que soportaban columnas con capiteles corintios, que sostenían los bordes del vano de la techumbre; aquí se conservan una pequeña estructura hueca casi cuadrada y un zócalo de sección cuadrada que era la base de un altar o el pedestal de una imagen sagrada. La otra mitad incluye otro elemento de culto original: una cripta que está en parte construida en la sala y en parte bajo el suelo de la misma. Sus dimensiones son pequeñas en el exterior y aún más reducidas en el interior, al que se accede por una puerta muy estrecha. En ella sólo cabía una persona agachada y la oscuridad era total; sólo se iluminaba con lámparas. Esta sala estaba destinada a las ceremonias de los rituales iniciáticos; en ella, mediante la observación del cielo estrellado a través de la abertura de la techumbre y, después, mediante la bajada a la cripta, se realizaba de manera ficticia el viaje astral e infernal que revelaba al neófito la figura de los dioses:
“ ... deos inferos et deos superos accessi coram et adoraui de proxumo.”
“... me acerqué a los dioses de abajo y a los dioses de arriba, los vi de frente y los adoré de cerca”

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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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