Palacio Núñez Vela. InicioWEB personal con 42.629 páginas, 186.021 imágenes
 Inicio 
 Sitios 
 Setas 
 Otras 
Sitios > Europa > Unión Europea > España > Castilla y León > Provincia de Ávila > Ávila
Palacio Núñez Vela
Palacio, Siglo XVI
ImprimirInformaciónMandar
Palacio Núñez Vela. Palacio Núñez Vela. PortadaPalacio Núñez Vela.
Palacio Núñez Vela. Balcón
Escucha este texto[Escucha este texto]
  • Palacio de Blasco Núñez Vela.
  • Ubicado en la Plaza La Santa.
  • Adosado intramuros al lienzo meridional de la Muralla de Ávila.
  • Fue mandado construir, en estilo renacentista, por Blasco Núñez Vela, primer virrey del Perú, hacia 1541.
  • Ejecutada la fachada en sillería de granito, el acceso es en arco de medio punto de gran dovelaje, enmarcada, al igual que las ventanas, por finas y lisas columnas rematadas con los blasones de la familia y flameros.
  • El patio porticado central es adintelado, con doble galería a base de columnas dóricas con capiteles de zapatas; la galería superior dispone de una elegante balaustrada.
  • En 1941 se destina a Audiencia Provincial, uso que sigue teniendo actualmente.
  • Cuenta la leyenda que en el Palacio de Núñez Vela vivía la bella Lucinda, la hija de un noble abulense que destacaba por su piedad a la par que por su belleza serena. Pese a lo halagos de ciertos pretendientes que pretendían su corazón, ella hacía caso omiso a los envites del corazón. Además, para espantarlas, varias ayas o criadas la acompañaban siempre por orden expresa de sus padres. Sin embargo, en sus paseos por la ciudad comenzó a notar la presencia de un apuesto joven que la seguía en la distancia. El balcón de su alcoba, que se mantiene en la actualidad, sobresale por encima de la muralla y cuenta con una magnífica perspectiva sobre el Valle de Amblés. Pues bien, cuando se asomaba al mismo, allí encontraba apostado al misterioso joven. La curiosidad que sentía por el doncel fue tornando en enamoramiento hasta que la pasión hizo que, ambos, lograran hablar. Este coloquio les llevó a un enamoramiento pleno. Cuando comenzaban a conocerse aconteció la tragedia: el joven que no era sino un noble de alta alcurnia llamado Enrique Blázquez Dávila, fue acusado de conspiración y obligado al destierro. Algunos consideraron que fue una maniobra urdida por el padre de la joven para alejarle de su hija. Lo cierto es que la noche antes de la partida, los amantes se vieron por última vez y se juraron amor eterno. A partir de ese día, Lucinda pasaba varias horas diarias asomada al balcón, oteando el horizonte por si regresaba su amado o alguien le daba noticias del mismo. Pero no soportó la ausencia mucho tiempo: cayó enferma y murió al poco sin sufrir enfermedad alguna, posiblemente de amor. Enrique pudo reponer su honor participando en mil batallas y cuando pudo volver a Ávila, rápidamente retornó al palacio donde le dieron noticia de la muerte de su amada. Enloqueció por no haber podido ni siquiera verla antes de morir así que logró colarse dentro de la iglesia del convento donde descansaban sus restos e intentó abrir su sepulcro. Sin embargo, por alguna magia sobrenatural, sus manos quedaron soldadas a la tapa del sarcófago. Tras unos minutos angustiosos en los que intentó despegarlos del frío granito, logró hacerlo y huyó despavorido. Ello evitó que profanase la tumba y tuviera una imagen tétrica que le hubiera acompañado toda su vida. Tras una noche de tortura, el caballero volvió a aquel convento y pidió ingresar en el mismo como monje. Y allí pasó el resto de su vida, viviendo al lado de su amada muerta.
  • Hay dos galerías que se vuelcan sobre la muralla y la más conocida es la del Palacio de Núñez Vela, lugar donde vivió el amor y el dolor la doncella Lucinda. Cuentan que el lugar en el que fue enterrada fue el Convento de San Francisco, situado en la zona norte de la ciudad.

Contadores
Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
Ver 2-20042301