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Segóbriga
Romano
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  • Ciudad ibero romana
  • Segóbriga es el más claro ejemplo de la progresión social y del desarrollo urbano en la Meseta sur en época romana.
  • Citada en las fuentes antiguas en el marco de las guerras de los siglos II y I a.C. y definida por Plinio como extremo de la Celtiberia, las evidencias de su etapa prerromana son muy débiles y se reducen a algunos objetos descubiertos en contextos arqueológicos posteriores y a unas pocas monedas.
  • Las referencias de Plinio a la riqueza de sus minas de lapis specularis, el yeso cristalizado que serviría como cristal de ventana para las viviendas modestas y que permitía decorar estancias en celebraciones y días señalados, deja entrever que la vida de la ciudad y sus transformaciones tuvieron mucho que ver con el rendimiento de estas explotaciones.
  • La minería y la explotación agrícola de la periferia debieron ser los motores principales del crecimiento y desarrollo monumental de Segóbriga, que llegó a albergar un teatro, un anfiteatro, unas grandes termas públicas, una basílica, templos, mercados, etc., hasta convertirse en el más importante centro urbano de la Meseta meridional y punto de referencia para la vida urbana al modo romano en estas tierras.
  • El desarrollo urbano de la ciudad romana parece comenzar a mediados del siglo I a.C., fecha en que se pone en marcha la emisión de moneda en su ceca y en que se lleva a cabo la construcción de una parte de la muralla, que estará definitivamente en pie en la época augustea.
  • A lo largo de los siglos I y II d.C. continuaron en la ciudad a buen ritmo las nuevas construcciones, con la edificación del teatro, anfiteatro, basílica, pórticos, termas, etc. que dieron a la ciudad un aspecto urbano similar al de cualquiera de los grandes centros de otros territorios.
  • Una gran parte de estas obras fue financiada con aportaciones particulares, destacando por su importancia el teatro, en el que la inscripción del frente de la escena relata la financiación de las obras a cargo de una familia de rango senatorial.
  • Otro tanto cabe decir de las grandes termas públicas de la parte superior de la ciudad, construidas a finales del siglo I o comienzos del II d.C., en las que una gran inscripción descubierta en las excavaciones contiene parte de una titulatura imperial seguramente relacionada con la edificación del complejo.
  • De la pujanza de algunas élites segobrigenses da idea el número de inscripciones con mención de donación de obras públicas descubiertas en la ciudad.
  • La dedicación privada de un recinto de culto para Zeus Theos Megistos
  • La inscripción que hoy puede verse sobre la puerta de entrada al Museo de las excavaciones, que recuerda las obras financiadas por L. Sempronius Valentinus
  • Otro fragmento de inscripción hallado cerca del teatro menciona el forum de la ciudad, descubierto en las excavaciones y que fue pavimentado a costa del patrimonio de un tal Proculus Spantamicus.
  • Las vinculaciones de la población de la ciudad con estructuras sociales indígenas afloran por doquier, no sólo en los nombres personales sino en las llamadas "organizaciones suprafamiliares" cuyo ejemplo notorio es el de Q. Valerius Argaelus Duitiq(um) que dedicó el pedestal del praefectus fabrum M" Octauius Nouatus.
  • Las referencias nominales y de la estructura social al mundo indígena son la evidencia de un sustrato fuertemente arraigado que siguió teniendo una presencia real en la ciudad hasta bien avanzado el Principado.
  • Al servicio de las minas o como libertos domésticos, los indígenas e hijos de indígenas atestiguados en Segobriga llegaron a tener sus propios cultos.
  • La progresión social dentro de la ciudad debió ser cómoda para las familias que detentaban el control de las minas y las magistraturas. Baste decir que existen testimonios de cinco carreras senatoriales y de dos ecuestres.
  • Al primer grupo pertenecen gentes como las que edificaron el teatro, o el tribunus plebis y legatus pro praetor citado en una inscripción.
  • Al rango ecuestre perteneció C. Iulius C.f. Gal. Italus, asentado como comerciante en Narbona.
  • La presencia de estas gentes en la ciudad es la prueba de que el programa urbanístico y decorativo que arranca antes del cambio de era no es un elemento accidental, y que Segobriga era a comienzos del Principado un gran centro urbano y comercial.
  • A la serie de retratos y esculturas ya conocida de antaño hay que sumar ahora un retrato de Agrippina Maior, otro de Vespasiano y algunos nuevos personajes togados.
  • Parte del conjunto escultórico descubierto hasta la fecha puede relacionarse bien con el ámbito del culto imperial; otra parte componía la decoración de la escena del teatro, y aún algunas piezas deben vincularse a ámbitos privados. El trabajo de la piedra con fines decorativos seguiría teniendo relevancia aún en época visigoda.
  • Los ámbitos privados son, hoy por hoy, desconocidos en la ciudad si exceptuamos la probable vivienda del procurador G. Iulius Siluanus situada en la parte alta de la ciudad. A decir verdad, la estructura urbana de Segobriga conocida hasta la fecha deja poco margen para suponer la presencia de un número elevado de espacios domésticos; que hubo viviendas privadas es probable, pero de ellas faltan aún las principales evidencias.
  • Una gran parte de la población hubo de residir extramuros, en uillae suburbanas o rústicas de las proximidades; incluso debe entenderse que la población directamente relacionada con la explotación del lapis specularis vivía en las proximidades de los centros mineros que rodean Segobriga.
  • La riqueza de Segobriga y la pujanza de su programa monumental durante el Principado sólo puede entenderse en el marco de una sociedad fuertemente jerarquizada y con graves desequilibrios entre la situación de unos grupos sociales y otros.
  • Nombres como Calybe, Atthis, Epafroditus, Achoristus, Menecrates, etc., son evidencia del gran número de inmigrantes, fundamentalmente esclavos, que fueron llegando a la ciudad durante los dos primeros siglos de nuestra era.
  • Como ejemplo de ellos podemos citar el caso de Barbara, esclava de la ciudad, cuya estela funeraria figura entre los hallazgos.
  • Uno de ellos se proclama artifex en la construcción y colocación de un mosaico y otro dice ser offector, es decir, tintorero.
  • Una de las actividades artesanales más importantes de Segobriga fue el trabajo de la piedra. El impulso de las construcciones monumentales debió requerir un gran número de canteros especializados en la elaboración de las ricas molduras y decoraciones que coronan los edificios desde comienzos del siglo I d.C.
  • En la periferia inmediata de la ciudad se encuentran algunas canteras y entre ellas destaca la situada frente al lucus Dianae con inscripciones rupestres, que suministró una gran parte del material empleado en las edificaciones y que debió ser uno de los centros de trabajo de esclavos.
  • La influencia de Segobriga debió ser muy importante en el territorio circundante. Como centro administrativo de un gran espacio agrícola y minero.
  • Los funcionarios imperiales llegados a Segobriga desde Tarraco, la capital provincial, o Roma, compartirían tardes de espectáculos en el anfiteatro con los segobrigenses y sus vecinos


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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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