 [Escucha este texto]- El Vía Crucis tienen su origen en el siglo XIV en Alemania
- Deriva de las procesiones que los franciscanos realizaban en Jerusalén desde el Gólgota hasta el Palacio de Pilatos, itinerario inverso al realizado en Europa.
- En España tenemos el primer ejemplo en el beato Álvaro de Córdoba, quien tras regresar de su peregrinación a Tierra Santa construye hacia 1420 una réplica de la Vía Sacra de Jerusalén en el convento dominico de Santo Domingo de Scalacoeli, en Córdoba.
- Estos primeros Vía Crucis de finales del medievo se caracterizaban por la completa arbitrariedad de sus estaciones, que podían llegar a superar la treintena e incluir pasajes no pertenecientes a la Pasión.
- Hay que esperar al siglo XVII y a la intervención de la orden franciscana para la fijación del Vía Crucis actual y su propagación por toda España.
- La orden fija, entre otras cosas, en catorce el número final de estaciones del Vía Crucis, siendo este modelo el que España exporta a Italia y América principalmente, y el que hoy prevalece, a pesar de que algunos de sus pasajes no son recogidos por los evangelios sinópticos.
- El motivo de la revalorización del Vía Crucis en el siglo XVII hay que buscarlo en las normativas dictadas por el Concilio de Trento acerca de promover la devoción entre el pueblo llano, que no tenía acceso a conocer los evangelios debido su analfabetismo generalizado y desconocimiento del latín, lengua en la que se proclamaba la lectura.
- Los franciscanos son los abanderados de la propagación de la llana enseñanza y práctica de la devoción entre las clases más incultas, y por ello apuestan por aquellos medios que resulten más accesibles visual e intelectualmente al devoto, como lo es el Vía Crucis.
- Su práctica consistía en la meditación acerca de la Pasión y Muerte de Cristo siguiendo unas estaciones que se marcaban mediante cruces o postes de piedra o madera, ante las que el devoto se detenía para escuchar la lectura del pasaje de la Pasión correspondiente.
- Cuando estos Vía Crucis evolucionan y entran dentro del juego "fantasía-realidad" del Barroco surgen los Calvarios, que intentan imitar físicamente el escenario real de la Pasión, incluso manteniendo las distancias originales dadas en Jerusalén.
- Estos Calvarios siempre se sitúan en la salida de las ciudades, en llano o en un monte si la orografía lo permite, en un intento de rememorar el Gólgota.
- Algunos pueden presentar capillas en su recorrido, en cuyo interior se escenifica plásticamente la estación en cuestión. Desgraciadamente son escasos los ejemplares completos conservados en España, cuna de este fenómeno contrarreformista.
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