Convento de Santiago

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La iglesia de Santiago es actualmente monumento nacional.
El convento fue fundado en 1538.
Fue construida sobre una mezquita anterior.
Con una portada plateresca obra de Diego de Siloé.
La obra se muestra de influencia gótica-mudéjar.
La iglesia, una de las cuatro parroquiales creadas tras la conquista, fue diseñada por el gran arquitecto y escultor Diego Siloé, el cual, partiendo de modelos tradicionales del mudéjar, supo dotarla de unos elementos de especial novedad, como fueron su monumental portada, el remate de las naves laterales en curva y a armadura de la capilla mayor.
Destaca su portada plateresca y la torre de estructura mudéjar.
Su construcción, de 1533 a 1551, fue llevada a cabo por el albañil Francisco Centeno.
Lo más destacado de esa iglesia es tanto su fachada como el conjunto de cubiertas mudéjares junto a su torre con un remate piramidal mudejar coloreado a base de ladrillo vidriados.
Su exterior ofrece un especial atractivo, por la quebrada disposición de los tejados, el chapitel cerámico de la torre y la monumental portada renacentista, en la que los candelabros, angelotes, monstruos y frisos vegetales se acompañan con escudos del obispo Antonio del Águila y del Emperador Carlos V. Medio perdido y muy deteriorado, entre la fantasía de grutescos, un Santiago Peregrino nos recibe en la pilastra derecha.
En el interior, el templo es de planta basilical de 3 naves, la central mayor y más elevada y de infuencia gótico-mudejar teniendo en las cubiertas artesonados mudéjares. La caprichosa disposición de las naves laterales terminadas en curva obligó a abrir las últimas capillas con unos arcos alabeados y a curvar, igualmente, la armadura, creando un efecto extraordinario de concentración visual hacia la capilla mayor. La nave central ostenta un magnífico artesón mudéjar policromado, adornado con ruedas de lazo, y con tirantes y canes dobles. La armadura de la capilla mayor es como una gran concha, con adornos de cupulitas cuatrifoliadas en el arco de arranque y cinco paños con casetones. En las enjutas del arco toral se ven los escudos en piedra de Gaspar de Ávalos. Las obras de arte actuales son todas modernas, muchas de ellas vinculadas a devociones y cofradías de Semana Santa. Destacan el Cristo de la Luz, la Virgen de las Lágrimas o el Nazareno (llamado popularmente el Llavero).
Adosado al templo se encuentra el monasterio de Santiago, de monjas clarisas, construido a partir de 1540, en cuyo interior existen de nuevo interesantes armaduras mudéjares, un patio porticado renacentista y diversas esculturas y pinturas de apreciable interés artístico.
La iglesia de Santiago y su convento se puede decir que son una parte de una pareja, el otro elemento de la misma de San Miguel y su antiguo convento, ya que ambos se sientan en el decumanus romano (este-oeste).
El convento de clausura como casi todos los de su época se organiza alrededor de un patio central con columnata de mármol de doble galería superpuesta.
En la galería alta tienen ricos artesonados aunque apenas dispone de ajuar artístico.
La fundación del convento la hizo D. Gaspar de Ávalos, Arzobispo de Santiago de Compostela.