Como era preceptivo en los cenobios cistercienses, se dispone en sentido perpendicular a la panda del claustro.
Es de considerable altura y se cubre con bóvedas de crucería sexpartita muy interesantes por su relación con Santa María de Huerta (Soria).
Los arcos apean en columnas truncadas adosadas a los muros, cuyos capiteles vegetales son de lo mejor de todo el monasterio.
En el muro de cierre hay un ventanal bíforo rodeado por un arco apuntado y moldura zigzagueante que envuelve un óculo circular central.
El Retablo Relicario es una obra sobresaliente de la pintura gótica aragonesa y muy representativa del fenómeno artístico que se ha dado en llamar gótico mudéjar, consecuencia de la convivencia de cristianos, musulmanes y judíos. En Aragón, el Arte Mudéjar es tan importante que la UNESCO lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad.