Calle Elvira

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Larga calle del casco histórico que va desde la Puerta de Elvira hasta la Calle Reyes Católicos en la Plaza Nueva.
A ella dan la Calle Hermosa, la Calle Bodegoncillos, la Calle Almicereros, la Calle Pan, la Calle Calderería Vieja, la Calle Hospital Corpus Christi, la Calle Cetti Meriem, la Calle Cárcel Baja, la Calle Calderería Nueva, la Calle Valentín Barrecheguren, la Calle Correo Viejo, la Calle Aguirre, la Calle Rueda Bolas, la Calle Álvaro de Bazán, la Calle Penitencia, la Calle Marqués de Falces, la Calle Arteaga, la Calle Azacayas, la Calle Santa Lucía, la Calle Cebrán, la Calle Capilla de San Andrés, la Calle Coca de San Andrés, la Calle San Andrés, la Calle Loarte, la Calle Serrano y la Cuesta de Abarqueros.
En ella se encuentra la Capilla de San Juan de Dios, el Pilar del Triunfo, la Iglesia de San Andrés y la Iglesia de los Hospitalicos.
Se trata de uno de los puntos más antiguos habitados de la ciudad.
El origen del nombre viene de las monedas acuñadas en esta zona hacia el siglo VII A.C., que recibían el nombre de ‘Ihnverir’. Con el paso de las diferentes civilizaciones Elvira es el resultado final de las transcripciones Elybige (ibérica), Eliberri o Illiberis (romana), para dar finalmente el árabe Libira o Ilbira, que corresponde al nombre de la ciudad (Madinat Ilbira), que se hallaba al pie de Sierra Elvira, anterior a la propia Granada.
La calle Elvira (Zanacat Ilbira), fue la principal y más larga vía de la Granada islámica desde su configuración urbanística en el siglo XI y recibe el nombre de la puerta con que termina (Bab-Ilbira).
Su gran longitud y situación estratégica la convirtieron desde el principio en una arteria vital para el tránsito de personas y mercancías en la ciudad y, en consecuencia, para el establecimiento a lo largo de ella de una intensa actividad comercial.
Se cruzaba con el Zacatín, la otra gran arteria comercial (El Zacatín llegaba hasta Plaza Nueva, pero la apertura de la Gran Vía supuso la mutilación de cerca de la mitad de su trazado).
En el primer tramo de la calle habitaban los escultores y entalladores en los siglos XVI y XVII, y allí existían dos hospitales: el Hospital del Corpus Christi, Ánimas y Misericordia y el Hospital de la Caridad y Refugio. El pueblo conocía a estos hospitales como “los Hospitalicos”, debido a su reducido tamaño.
Algo más allá se encontraba el Pilar del Toro, considerado una de las últimas obras de Diego de Siloé y labrado hacia la mitad del siglo XVI. Era conocido como el Pilar de los Almizcleros y se surtía con agua de Valparaíso. Antes de su traslado a la Plaza de Santa Ana en 1941, se hallaba junto a la entrada de la Calderería Nueva.
Luego estaban las casas de los Inquisidores, del primer tercio del siglo XVI, que eran la del inquisidor mayor, la de los inquisidores y las cárceles, situadas frente a la parroquia de Santiago, con fachadas a la Calle Elvira. Según Gómez Moreno, se derribaron antes de 1897, cuando se puso la primera piedra del nuevo templo del Sagrado Corazón de Jesús, primer edificio levantado en la Gran Vía.
Junto a la Iglesia está la llamada Casa de las Tumbas. Se refiere a un baño árabe del siglo XIV que se conserva entre la Calle Elvira y la Calle de los Naranjos, y que se conocía como Baño de la Puerta de Elvira o Baño de Hernando de Zafra, por estar dentro de unas propiedades del secretario de los Reyes Católicos. Por desgracia este edificio permanece en el abandono y suciedad más absoluta, habiendo sufrido considerables destrozos. Su nombre vulgar le viene de las bóvedas que, vistas por encima, parecen tumbas.