  [Escucha este texto]- En la elevación rocosa que sobresale en medio del pueblo aparecen las fortificaciones de la villa medieval: el castillo y murallas.
- Son obras musulmanas con elementos califales y taifas, de los siglos X y XI, revestidos por las reformas del XIV de los nazaríes, que le dieron su configuración definitiva.
- Situado estratégicamente, estaba en permanente conexión a través de una red de torres con los Castillos de Moclín y Montefrío, lo que permitía una rápida comunicación con Granada.
- Fue escenario de numerosos sucesos que marcaron la vida política del momento.
- Estaba formado por tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal, y fue tomado por los Reyes Católicos en 1486.
- En la cúspide se distinguen las torres del castillo, los «dientes de la vieja», y más abajo, los vestigios de otros dos recintos amurallados que protegían el área, hoy despoblada, por donde se hallaba la mezquita ‘aljama’.
- La villa fortificada de Îllora, se asienta sobre una elevación a 744 metros sobre el nivel del mar y presenta una planta irregular.
- Interiormente está dividida en tres recintos bien diferenciados: la villa, la alcazaba y el arrabal, ocupando cada uno un aterrazamiento natural de su emplazamiento.
- El primer recinto ocupaba la ladera nororiental del castillo. La fortaleza se caracteriza por estar compuesta por cinco tramos construidos en mampostería enripiada de un metro de ancho que actúa de zócalo mientras que el resto en altura se elevó en tapial, y está jalonada por siete torres macizas en su base y con cámara superior, más una torre-puerta de acceso. El elemento más importante conservado de este recinto es la puerta de acceso que presenta varias fases constructivas, desde el siglo XI hasta el XVI, estructurada en tres estancias sucesivas.
- El segundo recinto se corresponde con la alcazaba, es decir, con la construcción puramente militar y con una función defensiva, y ocupa la zona más elevada del cerro. Su planta es alargada, trapezoidal y estaba delimitada por una muralla jalonada con cinco torres. La fábrica que predomina en todo el recinto es el tapial. De los restos que se pueden observar hoy día destaca el lienzo norte, de 11,40 metros ya que es el único del castillo que conserva su adarve y el almenado. En el extremo norte todavía se observa una torre de tapial con su base de mampostería, con cámara superior dividida en tres espacios y en el centro se conservan dos aljibes construidos en tapial, el primero de planta cuadrada, dividido en tres naves interiores y del segundo sólo se aprecia su perímetro pues esta soterrado.
- Finalmente, el último recinto es el arrabal, que ocupa la vertiente suroeste con una planta casi triangular. De este arrabal se conserva un lienzo con tres torres semicirculares, macizas y de dos cuerpos, construidas con mampostería con envitolado.
- Castillo de íllora visita a este lugar histórico permite recorrer más de veinte siglos de historia construida Desde los primeros asentamientos íbero-romanos (siglos V a III aC) hasta la configuración urbana fortificada medieval (S. X a XV), las adaptaciones tras la reconquista (siglos XVI/XVII), expolio y abandono (siglo XVIII), y el presente.
- Se contemplar un cuerpo de acceso original que permite apreciar el complejo sistema defensivo, recorrer una estructura urbana medieval compuesta por dos barrios y una alcazaba que conserva cinco aljibes.
- Tres singularidades que, por sí mismas, justificarán descubrir el lugar en el que se alojó Yusuf IV hasta que accedió al sultanato de Granada y del que sería primer alcaide D. Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán, futuro virrey de Nápoles).
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