Pinturas rupestres y grabados del Poyo del Medio de la Cimbarra IV

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Código PIA 230040023 y 230040006 (Poyo Medio de la Cimbarra).
Declarado Bien de Interés Cultural.
En los Poyos de la Cimbarra.
Siguiendo el estrecho pasillo que constituye el poyo que da nombre a todo este yacimiento, siempre hacia la izquierda y a unos 10 m aproximadamente de las Pinturas rupestres del Poyo del Medio de la Cimbarra III, la roca se desvía hacia la derecha formando una serie de ángulos entrantes con
paneles orientados en dirección Este.
En el primero de ellos puede observarse una figura de un grabado ramiforme en el que una serie de líneas finamente grabadas convergen hacia dos líneas centrales que están en posición vertical. Ni H. Breuil ni Cabré citan el grabado, fue descubierto por Miguel Soria y Domingo Zorrilla. La técnica que observamos en su elaboración es igual que la que se utilizó para grabar las Pinturas rupestres y grabados del Poyo del Medio de la Cimbarra I.
Nosotros encontramos otro grabado de forma rectangular que en su parte interna tiene una línea oblicua que parte de la esquina superior derecha del rectángulo. Esta línea oblicua está unida por una línea vertical con el lado superior del rectángulo.
Otro grabado que encontramos son dos barras verticales arqueadas convexas enfrentadas.
A la izquierda, en la parte superior, del grabado ramiforme hay otro grabado no descrito de un antropomorfo simple.
En el ángulo rocoso adyacente se encuentran los restos de una figura de color rojo oscuro, que fue mutilada en la época de Cabré. Él mismo nos dice: «...fue arrancada de su sitio para el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ante el temor que se perdiera, pues amenazaba desprenderse gran parte de la
roca con la figura pintada en la peña...» (Cabré, 1917, p. 23).
El abate por su parte afirma: entre «Ha sido destruida entre mi visita y la de Cabré. El dibujo que este último ha publicado es la copia que yo le había comunicado. La figura no está muy borrosa como él dice, es perfectamente visible...» (Breuil, 1933, p. 16).
Lo que actualmente se ve, es una línea casi vertical y una serie de líneas paralelas, más cortas, a ambos lados de la primera, en algunos casos llegando a tocarla y en otros no, que concuerda prácticamente con la mitad derecha de la figura que tanto Breuil como Cabré reprodujeron y que tiene la apariencia de un gran ídolo ramiforme junto a varias alienaciones de puntos, una figura zoomorfa y otra reticulada. Breuil la describe de la siguiente manera: «La figure principale, lar gement traceé en rouge brun, représente certainement, sous un aspect assez exceptionnel, un personnage en pied. La téte est bien distincte; elle est surmontée d’une longue point, comete celle d’un casque allemand, dont la base rejoint un gros point frontal donnant naissance, en dessous, à une tache losangique figurant le nez. Deux courbes symé triques limitent le front et inscrivent les taches oculaires. Un repli de l’une d’elles signfi e peut-être l’oreille. Le second segment paraît figurer la cage thoracique, vaguement carrée, avec une tache ou barre ventrale pour le sternum, et des traits horizontaux pour les côtes; une série de courtes barres horizontales le long du côtes droit sont impossibles á identifi er. Le troisième segment, séparé par un court espace du précedent, commence et fi nit par une grosse barre transversale; de l’une a l’utre court une barre axiale renfl ée en haut en disque, et flanquée de chaque côté par des barres horizontales étagées. A droit, on remarque une barre plus forte, émettant, par-dessous, cinq traits parallèles plus légers; c’est peut-être la figure d’une main et c’en est peu-être encore une autre qui se trouve a gauche et un peu plus bas, figurée par un pectiforme fermé d’un trait qui laisse libre le pouce probable. Plus bas encore est un troisième pectiforme a cinq dents: s’agit-il d’un pied?» (tomado de Breuil, 1933, p. 16).
Nombrada por Enrique Romero de Torres en 1913: La Cueva de la Cimbarra con tres abrigos en el Poyo del medio y otro en la Cueva de los Mosquitos. En uno se ven varias estilizaciones humanas las de la Balanera. En otro, alineaciones de puntos y soles. En otro, un ídolo neolítico de gran tamaño. Y en el último dos estilizaciones humanas.