También desde Martos, en el paraje de Motril junto a la Orujera, donde discurriremos junto a los Olivos Centenarios, en el primer cruce giraremos a la derecha por un carril que poco a poco comenzara a perder altura conforme nos encontramos con un arroyuelo de aguas salobres.
Haciendo frontera con el término de Martos.
Perteneció en principio a la Orden de Calatrava.
Industria salinera que estuvo funcionando durante varios siglos y que tubo una notable importancia.
A pesar de que lleva mucho tiempo abandonada, aun se pueden ver claramente las tablas donde se desecaba el agua para extraer la sal.
Visto desde arriba podemos hacernos una idea del tamaño que tenia este lugar.
La salina está constituida por las retículas de las pilas para la evaporación, el manantial salino que fluye todavía y la alberca destinada a calentar y concentrar la sal antes de pasarla a las pilas de evaporación.
Está construida con sillares de piedra.
Aun hoy en día surge a borbotones de dos pequeños pocillos, agua salada que crea curiosas formas y que se sigue acumulando sal sin que ya apenas nadie la recoja.
Todavía quedan los restos del Puente de las Salinas por donde se sacaba con carros la sal de estas salinas.