Catedral de Jaén. Fachada gótica. InicioWEB personal con 42.592 páginas, 185.715 imágenes
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Catedral de Jaén. Fachada gótica
Escudos, Gótico, Religioso
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Granadas
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Primer tramo de cenefa por la derecha. El mono y la primera gárgolaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Segunda gárgola empezando por la derecha y contrafuerteCatedral de Jaén. Fachada gótica. Tercera gárgola por la derecha
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Cuarta gárgola y segundo contrafuerte empezando por la derechaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Quinta gárgola empezando por la derechaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Tercer contrafuerte empezando por la derecha
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Hueco con arco apuntado tapiado que interrumpe la cenefaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Desde el tercer contrafuerte empezando por la derechaCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. Cuarto contrafuerte desde la derechaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Cenefa entre el cuarto y quinto contrafuerte empezando por la derecha
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Inicio de la cenefa por la izquierdaCatedral de Jaén. Fachada gótica. El mono y la primera gárgola del lado derechoCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. Maqueta de platilina de Agustín GarzónCatedral de Jaén. Fachada gótica. Maqueta de platilina de Agustín Garzón
Catedral de Jaén. Fachada gótica. MurciélagoCatedral de Jaén. Fachada gótica. Lobo o leónCatedral de Jaén. Fachada gótica. Restos de animales
Catedral de Jaén. Fachada gótica. AnimalesCatedral de Jaén. Fachada gótica. DuendeCatedral de Jaén. Fachada gótica. Animales
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Cara deformeCatedral de Jaén. Fachada gótica. HombresCatedral de Jaén. Fachada gótica. Cerdos
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Hojas de acantoCatedral de Jaén. Fachada gótica. MonjesCatedral de Jaén. Fachada gótica. Animales
Catedral de Jaén. Fachada gótica. LeonesCatedral de Jaén. Fachada gótica. HombresCatedral de Jaén. Fachada gótica. Frutos
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Hojas de acantoCatedral de Jaén. Fachada gótica. BaphometCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Uvas y horcaCatedral de Jaén. Fachada gótica. LeónCatedral de Jaén. Fachada gótica. Monjes
Catedral de Jaén. Fachada gótica. GárgolaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. UvasCatedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. Bellota
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. GárgolaCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. GárgolaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Una figura dragonada acompañada de la Flor de Lis y una amapola, flor somnolientaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Gárgola
Catedral de Jaén. Fachada gótica. MonoCatedral de Jaén. Fachada gótica. MonoCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Guirnalda de hojasCatedral de Jaén. Fachada gótica. Guirnalda de granadas sujeta por una correaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Guirnalda de hojas
Catedral de Jaén. Fachada gótica. GranadasCatedral de Jaén. Fachada gótica. GranadasCatedral de Jaén. Fachada gótica. Guirnalda de granadas sujeta por una correa
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Guirnalda de granadas sujeta por una correaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. BaphometCatedral de Jaén. Fachada gótica. BaphometCatedral de Jaén. Fachada gótica. Gárgola. Dibujo de Francisco Cerezo Moreno.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Foto antiguaCatedral de Jaén. Fachada gótica. BalcónCatedral de Jaén. Fachada gótica. Parte renacentista
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Balcón renacentistaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Ventana renacentistaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de cantero
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Marca de canteroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Durante la Obtensión del Santo RostroCatedral de Jaén. Fachada gótica. Balcón
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Escudo policromado del Obispo Baltasar Moscoso y SandovalCatedral de Jaén. Fachada gótica. Escudo de la CatedralCatedral de Jaén. Fachada gótica. Vidriera
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Balcón adornado para la Obstensión del Santo RostroCatedral de Jaén. Fachada gótica. MansardaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Durante la Obtensión del Santo Rostro
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Esquina de la MonaCatedral de Jaén. Fachada gótica. Arranque de la cresteríaCatedral de Jaén. Fachada gótica.
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Alquerque de protecciónCatedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. Balcón
Catedral de Jaén. Fachada gótica. Catedral de Jaén. Fachada gótica. Balcón
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  • Fachada orientada al Este.
  • A las espaldas de la Catedral de Jaén.
  • Da a la Plaza de San Francisco y a la Calle Valparaiso.
  • En su cuerpo inferior una hermosa cenefa de estilo gótico flamígero y un adorno formado por crestería simulada.
  • Se trata de una reminiscencia del antiguo templo que mandara construir el obispo insepulto, don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, hombre de gran talla intelectual.
  • Atribuido al cordobés Pedro López y al maestro Enrique Egas entre 1494-1500.
  • Recorre, entre cinco contrafuertes, exhibiendo una filigrana de enigmático simbolismo ornarnental que se dirige hacia la Calle Valparaiso conocida popularmente como Callejón de la Mona.
  • La cenefa la conforman brazadas de hojas de acanto ceñidas con cinturones, y follaje de granado con sus respectivos frutos; y sobre esta frondosa cornisa, reposan esferas y pirámides, cabezas de clavos, conchas de vieira, flores de lis, racimos de uva, bellotas..., y en los vértices, rematando, de vez en cuando aparecen parejas de animales encontrados. Y algún fraile sorprendido en una situación comprometida. También se puede ver un dragón, un pelícano al que le falta la cabeza, símbolo cristiano que representa a Jesucristo, un olivo, árbol vinculado a la Pasión, racimos de uvas (la eucaristía) y vieiras, conchas bautismales, leones con los ojos vendados y cerdos (estos animales se vinculan directamente con los judíos, ya que a los falsos conversos se les llamaba marranos), una cabeza de mono, otra de lobo y una cabeza humana de afilados rasgos y gorro cónico (la coroza o capirote que en los autos de fe llevaban los condenados por la Inquisición como señal infamante), otros lo identifican con el Bafomet.
  • Bajo el friso, recorriendolo de lado a lado, hay un modillón compuesto por gavillas de trigo y granadas, símbolos de la eucaristía y testimonio de que la Iglesia, gracias a su labor evangélica, es capaz de combatir el mal.
  • Las gárgolas de derecha a izquierda se van transformando en ménsulas, van perdiendo su forma de animales fantásticos identificados con el mal, convirtiéndose en objetos gracias al mensaje evangélico.
  • La cenefa es interrumpida por un hueco de arco apuntado cegado. Los huecos provisionales de obra son algo habitual durante la construcción de un edificio; luego se ciegan. También en la catedral de Jaén.
  • Gárgolas con cuerpos cubiertos de escamas, afiladas garras y sus fauces abiertas.
  • En este lateral se muestra un escudo del obispo Baltasar Moscoso y Sandoval (1619-1646). La dignidad cardenalicia se manifiesta mediante capelo y borlas de color rojo (gules). Se puede apreciar la policromía de los blasones del obispo.
  • Desde finales del siglo XVIII los retablos colocados en la Capilla de Santiago (Catedral. Capilla de Santiago) y la Capilla de San Fernando (Catedral. Capilla de San Fernando), las que flanquean a la Capilla Mayor (Catedral. Capilla Mayor), cegaron interiormente dos de las ventanas abiertas en la cabecera del templo.

El mono

  • Al llegar la cenefa a su fin, en el lugar en que la catedral hace ángulo con los bajos del Sagrario.
  • Allí donde, al hacer esquina, la comisa se retranquea y adelanta, para darle acceso a la cripta de la seo.
  • Se le conoce con el nombre popular del mono de la catedral.
  • No es animal sino hombre.
  • Con facciones rudas, la nariz partida, un gran mentón que probablemente fuera tina barbilla. Luce unas grandes orejas y una larga cabellera.
  • Esta sentado al modo oriental, esto es con las piernas abiertas y las plantas de los pies tocándose, reclinado hacia delante y dejando caer los brazos sobre el regazo, asiendo los tobillos.
  • Su cabeza está cubierta por un turbante musulmán, que hace caer sobre su espalda una capa sobre la que esá sentado.
  • La pose semeja a un musulmán en actitud de descanso.
  • Su cara esta deteriorada.
  • Por la situación en que se encuentra, en el sustento del edificio, podemos suponer que expresa una idea de triunfalismo de una religión sobre la otra, de derrota del Islam, cuya principal mezquita se encontraba emplazada en el mismo lugar que hoy ocupa la catedral.
  • Otras personas piensan que podría ser un judío cubierto por un rodete, gorro que caracterizaba a la comunidad judía en la Edad Media.
  • Entre la chiquillería jaenera se puso de moda apedrear la efigie. Hasta que alguien, inteligentemente y sin duda por preservarlo de una destrucción, difundió una leyenda sobre sus malignos poderes. Así se llego a creer que quien le tirase piedras al mono y acertarse a darle; acarreaba sobre sí y sobre los suyos temibles maleficios. Desencadenándose una sucesión de desgracias que acabarían primero con la felicidad de la familia y, después, con la salud de cada uno de sus miembros hasta llevárselos a la tumba. Pronto se cundió la creencia en los vengativos ademanes del mono. Y llegó, más que a respetársele, a temérsele. De tal modo caló el miedo que, cuando pasaban bajo su imagen no se atrevían ni siquiera a mirarlo. Pues creían que su hechizo aojaba con perversos maleficios.


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