Durante la ocupación francesa por su estancia en Navas de San Juan de las tropas francesas suspendieron estos vecinos su tradicional fiesta civil a San Juan Bautista. Los franceses, queriendo presenciar la nacional, osea una corrida y lida de toros, obligaron al ganadero de reses bravas Don Juan Parrilla Lara, a que encerrase cuantas poseyera bajo pena de la vida si se negaba. Comisionó dicho señor a su vaquero para tal objeto, que se cumplió en parte, pues en el momento de verificarse el encierro por la Calle del Agua, y cuando las reses llegaban frente a la Plaza de la Iglesia, llena de gabachos, dió un grito particular el vaquero, causando la dispersión de aquellas, que a su paso dejaron sin vida y maltrechos a infinidad de franceses.
En un plano de 1894 aparece que en ella también estubieron unas escuelas.
En una de sus esquinas fue la primera ubicación del Pilar de Arriba.
En ella se encontraba el Álamo de la Fundación, en su esquina noroeste.