Son torres huecas por dentro y abiertas por la gola y están perfectamente vinculadas a climas cálidos.
La inexistencia de muro trasero las hace particularmente aptas para flanquear murallas urbanas, en general carentes de paradós, de forma que si el asediante alcanza a poner un pie en el adarve le resulta más dificil hacerse fuerte en él y protegerse del hostigamiento intramuros.
Teoricamente originaria del mundo helenístico en el que fue denominada por Filón de Bizancio (c. 120 a.C.) en su obra Poliorketika, y esporádicamente usada durante la época romana, fue asumida en la fortificacion bizantina desde Amasya (siglo VI) a Nicea (siglo XIII).
Introducida en Francia en Gisors (1161-1184), y en Inglaterra en la fortaleza de Framlingham (1189-1200) entre otros.
En los siglos XIII y XIV se generalizan, asociadas a cercas urbanas o albacaras como en Avignon (1375-1371), Tarascon (1355-1371) o las murallas de de Caernavon (1296).
En Italia su presencia es mas temprana, como el la Puerta Soprana de las murallas de Génova (1155).
En la Península las encontramos en la fortaleza oscense de Loarre (1290) y en la valenciana puerta de Serranos (1395).
En Jaén tenemos el Castillo de Baños de la Encina como claro ejemplo de este tipo de torres.