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Historia de Teba
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Historia de Teba - Historia de Teba. Mapa 1782
Mapa 1782
Historia de Teba. Mapa 1782
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  • Existen numerosos restos de utillaje lítico paleolítico a lo largo y ancho de la cuenca del río Guadalteba, señal de la presencia de bandas de cazadores-recolectores que aprovecharían los recursos alimenticios y de todo tipo que les proporcionaba la zona, como demuestran yacimientos como la Cueva de las Palomas, con pinturas esquemáticas localizadas en su interior.
  • Al respecto se documentan industrias líticas achelenses y musterienses propias de los homínidos que precedieron, en la zona, a la llegada del homo sapiens.
  • Las evidencias de poblamiento son menores en los momentos del Paleolítico Superior, aunque existen restos de talla laminar en yacimientos como la Sima del Sílex que prueban la presencia humana también en estos momentos.
  • De igual forma aparecen industrias epipaleolíticas en la Cueva de las Palomas, caracterizadas por un acusado microlitismo.
  • Todos los restos arqueológicos anteriores se alternan con muestrarios de restos cerámicos y utensilios de piedra pulimentada que, junto a las perdurables piezas en sílex, se adscriben al Neolítico y fases subsiguientes.
  • El Llano Espá, el Cortijo del Tajo o los localizados en la Sierra de Peñarrubia evidencian importantes cambios en los modos de subsistencia de las nuevas poblaciones neolíticas, en las que una incipiente agricultura y el pastoreo de determinadas especies irán teniendo, a medida que avanza la época, una importancia cada vez mayor frente a los tradicionales modos de vida cazadores-recolectores.
  • La Edad de los Metales está también representada en lugares como La Cuevecilla, la necrópolis megalítica de La Lentejuela (con manifestaciones megalíticas únicas en Andalucía), o el Cerro de la Horca, donde se han encontrado innumerables piezas metálicas de la Edad del Bronce.
  • Esta nueva época, que comprende los milenios III y II antes de nuestra era, verá la introducción de los novedosos elementos tecnológicos que le dan nombre, una intensificación de las labores productivas subsistenciales y, acorde con todo ello, nuevos elementos simbólicos que tendrán en las manifestaciones megalíticas presentes en la zona, sus más destacados testimonios.
  • La proliferación de yacimientos en los valles del Guadalteba y su afluente el Río de la Venta, son muestras de un destacado aumento poblacional que está en la base, también, de las tensiones y conflictos por el control de la tierra que se dan en la Edad del Bronce.
  • Como consecuencia de ello, la población tenderá a encastillarse y los asentamientos principales son los del Cerro de la Horca y de Los Castillejos se ubicarán en cerros elevados desde los que el control visual del territorio circundante ayuda a un mejor control de la zona y a una defensa más eficaz.
  • La Protohistoria, caracterizada en las tierras tebeñas por el impacto que produce en las sociedades del Bronce Final la presencia costera del mundo fenicio, dejó también innumerables evidencias en yacimientos de la zona.
  • Una nueva cultura material de clara influencia fenicia, donde destacan las nuevas formas cerámicas y la incipiente metalurgia del hierro, se irá asentando en los valles de Teba.
  • El comercio con los navegantes orientales producirá un cambio también en las estructuras sociales, en las que queda patente un incremento de la jerarquización social.
  • De los asentamientos de la época destacan el de Huertas de Peñarrubia, el del Cortijo de Nina y, particularmente, el de Los Castillejos, en cuyas fases de los VIII-VI a. C. se ven reflejados los cambios señalados.
  • Este mismo asentamiento también será la clave para entender el funcionamiento del posterior mundo íbero, surgido a partir del Siglo V a. C.
  • Los procesos de jerarquización aumentan y el asentamiento se dotará entonces de un potente recinto defensivo donde morarían las élites ibéricas que ejercerían desde allí el control político, defensivo y religioso de todo el territorio circundante.
  • Muestra de la importancia del yacimiento es la ingente cantidad de piezas arqueológicas que han proporcionado sus necrópolis, algunas de las cuales, como el famoso Carnero de los Castillejos (tallado en arenisca) o los diversos exvotos religiosos, se atesoran en el Museo Histórico Municipal de Teba.
  • Otros muchos yacimientos a todo lo ancho del término municipal completarían la estructura de asentamiento ibérica, entre los cuales cabe destacar el del Cerro del Almendro, del que procede otra escultura de toro que se muestra también en el museo tebeño.
  • Aunque existen abundantes evidencias de que los yacimientos íberos de Los Castillejos y del Cerro del Almendro tuvieron una importante continuidad durante los primeros siglos de la presencia romana, las principales manifestaciones de dicha época se encuentran en la ciudad del Cortijo del Tajo, significativo exponente de aquella era de la que se extrajeron piezas como la Cabeza de Tiberio Joven o el Pedestal de los Erotes.
  • Los diferentes análisis arqueológicos efectuados apuntan a que el surgimiento de la ciudad romana debió producirse en torno a mediados del siglo I, lo que coincide con el periodo de más evidente decadencia del yacimiento de Los Castillejos.
  • Todo ello parece indicar un proceso ciertamente típico en estos momentos por el que los antiguos "oppida" ibéricos, una vez perdidas sus antiguas funciones defensivas y/o de control por parte del poder romano, tienden a perder su población en beneficio de los nuevos asentamientos erigidos en las cercanías, en lugares con mejores aptitudes para la explotación del territorio circundante y para las funciones más típicas de la civitas romana.
  • De igual forma destacan significativas villae como las de la Casilla Vallejo y la del Tesorillo, esta última excavada por la Universidad de Málaga a comienzos de los años 80.
  • Estos asentamientos dependerían, muy probablemente, de la ciudad del Cortijo del Tajo y de ellos se deduce una importante e intensiva explotación agrícola en el fértil valle del río Guadalteba.
  • A lo largo de varios siglos se pensó que la Ategua que alcanzó cierta notoriedad debido a las luchas civiles entre Julio Cesar y Pompeyo que en ella se produjeron era la Teba malagueña.
  • Este error historiográfico aún hoy pervive en el imaginario popular y en no pocas fuentes de información.
  • No obstante, hoy está perfectamente establecida que la Ategua de César corresponde con el yacimiento sito en la pedanía de Santa Cruz del término municipal de Córdoba
  • El mundo islámico dejó en Teba importantes yacimientos como el de Nina Alta y monumentos tan significativos como el Castillo de la Estrella.
  • El lugar se denominó Itaba (o Atiba) en esta época.
  • En tiempos emirales y califales, los territorios tebeños pertenecerían, administrativamente, a la cora de Takurunna y formarían parte, entre finales del siglo IX y principios del X, de los dominios controlados por Omar ibn Hafsún y sus hijos en la guerra civil que mantuvieron con los distintos emires cordobeses.
  • La pacificación de la zona determinaría una progresiva islamización de la población que se evidencia en la escasa pero significativa documentación de la época.
  • En momentos almohades la conflictividad bélica existente determinaría la erección del Castillo de la Estrella (Hisn Atiba) en el lugar donde, probablemente, ya existiría algún asentamiento defensivo o de control territorial.
  • Importantes añadidos a la fortaleza y diversas reparaciones de la misma dan muestra de la importancia de su conservación para el Reino nazarí de Granada, entidad en la que se terminarían integrando las tierras tebeñas durante el siglo escaso que transcurriría hasta la definitiva anexión de Teba a la Corona de Castilla en agosto de 1330.
  • Prueba, también, del ambiente bélico y de la inseguridad del último siglo de la Itaba islámica, es la construcción de distintas torres de vigilancia en los territorios circundantes.
  • Así, por ejemplo, destaca la torre almenara denominada La Torrecilla, bastión que controlaba territorialmente la zona del alto valle del Guadalteba, posibilitando el auxilio al Castillo de la Estrella.
  • En la conocida como Batalla de Teba, hecho bélico que tiene como principal consecuencia la toma del Castillo de la Estrella por Alfonso XI en agosto de 1330, el noble escocés, Sir James Douglas, perdió la vida junto a un grupo de escoceses, mientras trataba de ayudar al rey castellano en la conquista de la fortaleza.
  • La razón de su presencia allí viene dada por haber sido comisionado por el rey libertador de Escocia, Roberto I de Escocia, el cual había logrado la independencia de Inglaterra antes de morir de lepra, para llevar su corazón embalsamado a Tierra Santa.
  • Cuentan las leyendas escocesas que Sir James lanzó el corazón de su rey a los musulmanes que lo habían emboscado, cumpliendo así el deseo del rey de luchar contra los infieles.
  • Como recuerdo de este suceso, se levantó un monumento en la localidad, la cual está hermanada con la ciudad escocesa de Melrose.
  • Casi un siglo después de la toma del Castillo de la Estrella comenzará la génesis del posterior Condado de Teba al ser nombrado alcaide de la fortaleza Juan Ramírez de Guzmán, primer patriarca de los Guzmanes, futuros condes de las tierras tebeñas.
  • El condado abarcaría buena parte de la actual comarca del Guadalteba durante la Edad Moderna, una época muy bien documentada en el Archivo Municipal de Teba y que también ha dejado monumentos históricos como la actual Iglesia Parroquial de la Santa Cruz Real. Construida entre 1699 y 1715, el monumento religioso más destacado de Teba.
  • Del antiguo Convento de San Francisco, construido en el siglo XVI, sólo se conserva su fachada.
  • Durante esta época se sucedieron numerosas epidemias y hambrunas, agravadas por la pérdida gradual de las tierras del Concejo.
  • La agricultura y la ganadería constituían la base de la economía local, en la que también participaban pequeñas industrias.
  • La presencia de la iglesia fue en aumento, de manera que hacia finales del siglo XVIII existían en la localidad más de treinta clérigos.
  • La época contemporánea destaca en Teba por la importancia de su movimiento obrero, sumado a la práctica totalidad de cuantas revueltas, huelgas y revoluciones se produjeron a partir de mediados del siglo XIX.
  • Los sindicatos y organizaciones obreras contaron con un índice de afiliación desconocida en otros municipios de una entidad similar a la de Teba, hecho que posibilitó que Teba fuera el único pueblo andaluz donde triunfó la revolución de octubre de 1934 tras el asalto de unas 300 personas del cuartel de la Guardia Civil, hecho que originó víctimas y se saldó con 102 procesados por la Justicia.
  • Un corto, aunque cruento, período de guerra civil en el verano de 1936, dio paso a la represión posbélica de los años 40, alternada con importantes episodios de bandolerismo y resistencia antifranquista que terminaron casi entrada la década de los cincuenta.
  • A partir de la reinstauración de la democracia en España comenzará una fase de mejora de las condiciones de vida de la población que, por otro lado, continúa descendiendo de forma importante por la emigración a las ciudades y al extranjero.
  • Aunque este fenómeno ha conocido un importante freno, Teba dista mucho de contar con los más de 7.500 habitantes que tenía en la década de los 1950.

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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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