Este pez es inconfundible por su original
aspecto.
Mide unos 20 a 30 cm de largo, con un máximo de 45-50 cm.
El
cuerpo tiene sección cuadrangular en su parte anterior y se va
estrechando hacia la cola, donde la sección es redondeada.
Está
recubierto de escamas fuertes y rugosas.
Su coloración es marronosa con
manchas, las aletas son de color azul oscuro o negro con manchitas y
bandas azules.
Carece de línea lateral.
La cabeza rodeada de una coraza ósea y rematada con un escudo nucal
que se prolonga en dos puntas agudas.
Boca pequeña, con dientes solo en
las mandíbulas.
Ojos grandes y redondos.
Opérculos con una espina ósea
dirigida hacia atrás.
Aberturas branquiales estrechas y verticales.
Las aletas de los costados o pectorales son muy grandes y en forma
de abanico, y son características de este pez.
Estas aletas le sirven
para desplazarse, pero también como protección, pues cuando las
despliega súbitamente, el pez aparenta un tamaño muy superior al real.
Puede realizar una serie de sonidos con las mandíbulas cuando está
bajo el agua, de donde le viene uno de sus nombres populares, el de
roncador.
Vive en fondos arenosos y fangosos, entre los 10 y 40 metros de
profundidad.
Se alimenta de pequeños crustáceos y otros invertebrados
propios de los fondos blandos en que vive, empleando la parte anterior
de las aletas pectorales para localizarlos.
Se reproduce en verano cerca de la costa.
Su distribución abarca el
Mediterráneo y el Atlántico, las costas de África y de Sudamérica.
Cada vez se capturan menos ejemplares pues son muy escasos en nuestras costas y, además, su carne no es muy apreciada.