Su aspecto apagado y poco llamativo lo hace difícil de distinguir de un petirrojo juvenil, una bisbita común o un chochín.
No obstante, su extraño hábito de apareamiento, con tríos de un macho con dos hembras, o de una hembra con dos machos, lo hacen muy particular.
Su canto es un gorjeo rápico, plano, agudo, monocorde.
Su nido es una taza herbácea, revestida de musgo o pelo, con 4-5 huevos puestos en 2-3 nidadas de abril a junio.
Se alimenta en torno a arbustos, entre la maleza, picoteando pequeños insectos y semillas; también acude a las zonas menos naturalizadas a comer migas de pan y queso.
Cría en toda Europa menos en Islandia
En brezales y marismas con matorral denso, en zonas costeras, bosques densos, cultivos y jardines.