Color Blanco habitualmente. Violáceo, marrón, negro, azul o verde.
Raya Blanca
Lustre Vítreo
Transparente a translúcido
Hábito cristalino Columnar, tabular, acicular
Exfoliación Difícil
Fractura Irregular, concoidea
Dureza 3.5 - 4
Tenacidad Frágil
Densidad 2.94
Solubilidad Soluble en ácido clorhídrico
Fluorescencia Ciertas variedades presentan fluorescencia bajo rayos ultravioleta
El aragonito o aragonita es una de las formas cristalinas del carbonato de calcio (CaCO3), junto con la calcita.
Puede encontrarse en forma de estalactitas, y también en la concha de casi todos los moluscos y en el esqueleto de los corales.
Entre las variedades del aragonito destaca la llamada flos-ferri (flor de hierro), que se asemeja a un hermoso coral.
El par aragonito/calcita fue el primer caso de polimorfismo mineral reconocido. Esto quiere decir que ambos tienen idéntica composición química, pero diferente estructura cristalina. Debido a esta diferencia, el aragonito es más soluble en agua que la calcita e inestable a temperatura y presión ambientes. De hecho, para periodos geológicos de tiempo (de 10 millones a 100 millones de años), el aragonito tiende a transformarse en calcita. Esta última propiedad puede usarse para determinar la edad de ciertas formaciones rocosas.
El aragonito también pertenece a una serie isomorfa, esto es, un grupo de minerales que pertenecen a la misma clase y presentan la misma estructura cristalina, pero cuya composición es diferente.
El aragonito contiene sustituciones isomorfas de bario (witherita), plomo (cerusita), cinc (bromlita) o estroncio (estroncianita). Estos minerales forman el grupo del aragonito.
En cuanto a las aplicaciones del aragonito, son muy limitadas debido a la inestabilidad del mineral.
El aragonito sólo suele usarse como piedra ornamental o de coleccionismo.
En la naturaleza, el aragonito se presenta habitualmente en cristales romboédricos, sencillos o con macla múltiple, que le confieren aspecto de prisma hexagonal (aunque el aragonito no tenga estructura cristalina hexagonal, por eso se llama pseudohexagonal). También formas hialinas coraloides (flos-ferri), fibroso o fibrosoradiado, estalactítico, oolítico y pisolítico.
Se forma a partir de aguas termales o géiseres, aguas filtradas que han entrado en contacto con rocas muy calientes situadas a gran profundidad y que han vuelto a emerger a la superficie. Estas aguas disuelven minerales de las rocas a su paso, entre ellos, el calcio. A medida que las aguas termales se evaporan, el calcio que contiene precipita y, cuando entra en contacto con el aire, se combina con el oxígeno y el dióxido de carbono formando los cristales de aragonito.
El aragonito puede encontrarse formando estalactitas en cuevas.
También puede localizarse en rocas metamórficas o en rocas sedimentarias de los fondos oceánicos, así como en los esqueletos de muchos organismos marinos vivos o recientemente fosilizados.
Además, es común en zonas oxidadas de yacimientos metálicos.
Los yacimientos de aragonito más importantes se encuentran en España, entre los que destacan el de la localidad de Luzón (Guadalajara), y los de Minglanilla, en Cuenca, donde se encuentra en una gran variedad de colores.
Pueden encontrarse cristales pseudohexagonales en Italia y Sicilia, agregados en piña en Marruecos y variedades estalactíticas y coraloideas en Arizona, Chihuahua (México), Francia (de color azul), Austria e Italia.
En Eslovaquia hay una cueva entera formada de aragonito, llamada La cueva de aragonito Ochtinská. Esta cueva está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es una de las tres cuevas de aragonito que se han descubierto en el mundo hasta el momento.
El nombre aragonito se debe al mineralogista Abraham Gottlob Werner, quién en 1788 lo definió a partir de unos ejemplares procedentes de Molina de Aragón, en Guadalajara, que él atribuyó erróneamente a Aragón.
Habitualmente, los mineros llamaban al aragonito flor de hierro, pues era frecuente encontrarlo en los depósitos de este metal.