Es la más antigua de todo el claustro, no en vano fue la primera sala capitular.
Está cubierta con una cúpula octogonal con 16 nervios paralelos dos a
dos que se apoyan en columnas, y que forman una estrella de ocho puntas
en la clave. Este tipo de cúpulas son de influjo musulmán y muy extrañas para una época tan temprana (siglo XIII) en el norte de España.
Presidiendo la capilla se encuentra un retablo, pieza del siglo XVI de gran valor en el que ha sido entronizada una imagen gótica de la Virgen.
En este recinto, Rodrigo Arias Maldonado, natural de Talavera, catedrático y rector de la Universidad, logró restaurar en ella, desde el siglo XIV, la liturgia en rito hispano-mozárabe, instaurando una capilla a imagen y semejanza de lo obrado por Cisneros en Toledo.
En el centro se sitúa la sepultura que contiene los restos del fundador, junto con los de su esposa y familia.
Su nieto Francisco Maldonado, comunero de Castilla, descansa en este lugar. El pendón que aquí se conserva es de este último.