De río a río todo es míoSoy el señor de GiribaileQue no morirá de sed ni de hambreUn día Gil Baile salió de caza y su caballo lanzado a todo galope tras un jabalí, tropezó y lanzó a su jinete por la boca de una honda sima de paredes tan escarpadas que Gil Baile nunca pudo salir de ella. Cuando los criados lo encontraron, meses después, este había muerto, contra su temerario pronóstico, de sed y de hambre. Otros cuentan que fue arrojado al pozo por el hermano y el novio de una molinera de Vilches (el molino esta bajo las aguas del embalse del Guadalén) que la secuestró Gil Baile y abusó de ella.