Hace un homenaje a la profesión del aguador en Granada, un oficio que pervivió desde el siglo XI hasta mediados del siglo XX.
La escultura está realizada en bronce a tamaño natural y representa a un aguador con sombrero y un vaso en la mano izquierda, con el que ofrece agua, y va acompañado de un burro cargado a cada lado de damajuanas.