Originariamente, este edificio formaba parte de un antiguo Convento de Santa Clara, el cual se encontraba estructurado como una remota mezquita, la Mezquita de Santa Clara, de la cual se conservan algunos restos y su Alminar de Santa Clara.
El Convento de Santa Clara se fundó en 1256 y fue primer convento fundado en la ciudad tras la conquista cristiana.
El convento desapareció en 1846.
En la actualidad, esta construcción alberga las sedes de diversos organismos públicos como, por ejemplo, el Consorcio de Turismo.
Su arquitectura es de inspiración árabe, de ahí que esta edificación contenga un total de cuatro patios: uno tradicional y tres reformados.
El primer patio, de tradición cordobesa y de carácter claustral, destaca por su galería y pilares de ladrillo, sus arcos de medio punto, su planta rectangular, su suelo enlosado, sus paredes blancas, su pozo adosado a la pared y sus diversas macetas colgantes pintadas en azul añil.
Los otros tres patios se caracterizan por poseer toda su carpintería, persianas, cerramientos, paredes y suelos de color blanco. Además, resaltan por tener diferentes poyetes para que la gente descanse.
Entre ellos, el patio más pequeño es conocido como Patio del Pozo, ya que durante su rehabilitación apareció un pequeño pozo que se ha enrejado simulando a una jaula, de la que cuelgan varios espejos.
El patio de tamaño intermedio es denominado Patio del Estanque.
Y, por último, el patio de mayor tamaño, con 200 metros cuadrados aproximadamente, es el patio de los espectáculos.
En cuanto a la decoración, cabe destacar la presencia de una columna de época romana situada en uno de los vértices del patio tradicional, en la que se puede leer una inscripción que hace referencia a la construcción del antiguo teatro romano de Córdoba.
Conserva un escudo con restos de cromía roja de Castilla y León.