Desde él se puede observar el mar de olivares tan típico de Jaén, el río Guadalquivir que se adivina abajo, la ribera de árboles y la vega sembrada, los pueblos de alrededor, los montes cercanos de Mágina con su monte Azaitín y los de la izquierda de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, incluso la Sierra Sur con su monte Jabalcuz.
Para Antonio Machado esta estampa le sirve de evasión y de impulso a su capacidad creadora, naciendo aquí sublimes versos que describen este paisaje.