El resultado es un turismo extraordinariamente amplio, aerodinámico y rígido a la torsión para su época, que marca la pauta en el desarrollo durante los decenios siguientes.
El modelo con motor de cuatro cilindros y designación 180 se completa en 1954 con el 180 D con motorización diésel.
Estos vehículos pertenecen a la categoría media alta y son por tanto los antepasados directos de la Clase E de Mercedes-Benz.