El roble melojo o rebollo (Quercus pyrenaica Willd.).
Familia Fagaceae.
Es un árbol de la familia de las encinas, quejigos y alcornoques. Todas son especies típicas del monte mediterráneo.
Origen su área de distribución natural en muy reducida. Comprende la Francia occidental, la península ibérica y el noroeste de Marruecos. Dentro de España está muy extendido, presentándose en casi todas las provincias.
Árbol robusto caducifolio, con talla moderada, de 4-25 m y copa ancha e irregular.
Capaz de rebrotar fácilmente de raíz, por lo que a veces forma extensas manchas arbustivas.
Corteza color parduzco.
Hojas pinnatífidas o pinnatipartidas, pubescentes por el haz y el envés, cenicientas cuando jóvenes.
Las hojas secas permanecen en el árbol gran parte del invierno siendo resistentes a caer al suelo.
Se distingue de otros robles por las hendiduras de sus hojas que son más acentuadas, llegando cerca del nervio central, y además tiene el pedúnculo corto.
Un elemento distintivo para reconocerlo son las hojas, profundamente lobuladas y que poseen una pelusa blanquecina cuando son jóvenes. Estas hojas son caducas, pero una vez marchitas permanecen sin caer en el invierno, especialmente en los rebrotes, individuos jóvenes o ramas inferiores de los ejemplares adultos, hasta que nacen las nuevas en primavera.
Fructificación: fruto en bellota, sentada sobre un largo pedúnculo; la cúpula es vellosa, con las escamas cortas, poco o nada salientes.
Los frutos maduran a principios del otoño, entre octubre y noviembre, y cuando caen al suelo pueden rebrotar con facilidad y formar masas arbustivas alrededor.
La mayoría de los melojares no son bosques, sino matorrales rastreros por su capacidad de rebrote.
Se puede encontrar mezclado con muchas especies arbóreas corno encina, alcornoque y pino marítimo.
Puede vivir entre 500 y 600 años.
Tiene un destacable papel protector en las montañas silíceas.
Es poco útil para la construcción y da buenas traviesas ferrocarril y apeas.
Sus ramas se utilizan como alimento de animales pactantes.
Es un árbol escaso y está en peligro de desaparición ya que ha sido sometido a talas abusivas y tiene una gran competencia con especies foráneas.
Altitud: normalmente desde 400 a 1.600 m, pero también desde 0 hasta 2.100 m.
Principalmente en laderas y faldas de montañas silíceas.
Soporta bien las heladas y es menos exigente en cuanto a humedad que otros robles de la Península, se encuentra casi siempre en zonas umbrías.
Se puede encontrar mezclado con muchas especies arbóreas como encinas, alcornoques, quejigos, serbales, mostajos y en las proximidades de barrancos con arces, fresnos, etc.
Orientación: especie de media luz.
Prefiere suelos silíceos puros o en mezcla con arcilla.
La madera es buena aunque algo deformable y no suele aprovecharse por la mala conformación de los troncos en la mayor parte de las masas. Sin embargo, la leña y el carbón son de muy buena calidad, siendo durante siglos el principal aprovechamiento de los rebollares.
La corteza se ha utilizado para elaborar curtientes.