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Cástulo. Mosaico de los Amores
Romano
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Cástulo. Mosaico de los Amores. CenefaCástulo. Mosaico de los Amores. PrimaveraCástulo. Mosaico de los Amores. Jabalí
Cástulo. Mosaico de los Amores. Juicio de ParisCástulo. Mosaico de los Amores. Putto alimentando a una perdizCástulo. Mosaico de los Amores. León
Cástulo. Mosaico de los Amores. Putto alimentando a un faisánCástulo. Mosaico de los Amores. Caballo o yeguaCástulo. Mosaico de los Amores. Verano
Cástulo. Mosaico de los Amores. Putto sacando a pastar a un conejoCástulo. Mosaico de los Amores. El mito de SeleneCástulo. Mosaico de los Amores. Selene
Cástulo. Mosaico de los Amores. EndimiónCástulo. Mosaico de los Amores. SeleneCástulo. Mosaico de los Amores. Afrodita, Hera y Atenea
Cástulo. Mosaico de los Amores. HermesCástulo. Mosaico de los Amores. ParisCástulo. Mosaico de los Amores.
Cástulo. Mosaico de los Amores. InviernoCástulo. Mosaico de los Amores. TigreCástulo. Mosaico de los Amores. Putto alimentando a un faisán
Cástulo. Mosaico de los Amores. CiervoCástulo. Mosaico de los Amores. Putto alimentando a una perdizCástulo. Mosaico de los Amores. Leona
Cástulo. Mosaico de los Amores. InviernoCástulo. Mosaico de los Amores. FrescosCástulo. Mosaico de los Amores.
Cástulo. Mosaico de los Amores. Cástulo. Mosaico de los Amores. FrescosCástulo. Mosaico de los Amores. Aves y plantas acuáticas
Cástulo. Mosaico de los Amores. OlivoCástulo. Mosaico de los Amores. Expolio de teselasCástulo. Mosaico de los Amores. Detalle de teselas de Invierno
Cástulo. Mosaico de los Amores. Resto del mosaico anteriorCástulo. Mosaico de los Amores. FrescosCástulo. Mosaico de los Amores. Pintura mural de Neptuno y Hércules en estuco. Siglos I - II d.C. - Museo Arqueológico de Linares
Cástulo. Mosaico de los Amores. Pintura mural de Neptuno y Hércules en estuco. Siglos I - II d.C. - Museo Arqueológico de Linares
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  • Se encuentra en la sala principal del Templo Imperial (Cástulo. Templo Imperial) de Cástulo.
  • El mosaico de los Amores está fechado entre finales del siglo I y principios del II, y llama la atención por su colorido en tonos rojos, amarillos, verdes o azules, con teselas de pequeño tamaño, características del Alto Imperio y semejantes a las de Pompeya, de piedra y pasta de vidrio, y con alegorías en sus esquinas de las cuatro estaciones.
  • En Andalucía la mayor parte de los mosaicos romanos pertenecen a una época más tardía que el encontrado, que además destaca por la gran calidad de las imágenes, muy perfiladas en su realismo, semejantes a las aparecidas en el norte de África o Sicilia, lo que demuestra la relación que hubo entre Cástulo y esta zona del Mediterráneo.
  • El pavimento que cubre esta gran estancia está enmarcado por una orla niletica en blanco y negro de aves y plantas acuáticas. Las aves se muestran en movimiento, unas picoteando, otras levantando una de las patas y sólo dos de ellas vuelven la cabeza hacia atrás rompiendo el ritmo cadencial.
  • La composición geométrica en blanco, negro y ocre -que enmarca el emblema por tres de sus lados y que se extiende ampliamente por el cuarto, uno de los lados cortos-, ostenta una composición geométrica, con bandas de cuadrados rectos y oblicuos rellenos de otras figuras geométricas.
  • El emblema del pavimento está enmarcado por tres orlas diferentes. La exterior está formada por un filete denticulado. Le sigue un sogueado de tres cabos sobre fondo oscuro. La orla más interna está formada curiosamente por un par de filetes denticulados que produce un efecto de “cremallera”.
  • En Cástulo emerge como un diseño singular al mostrar dos círculos centrales, y no uno como es habitual, lo que conlleva que el resto del espacio del mosaico se encuentre dividido en seis lunetas, dos en cada uno de los lados largos, manteniéndose una medio-circunferencia en los cortos y aumentando en seis los espacios cuadrangulares, respecto a los cuatro originales, mientras que permanecen intactos los cuatro cuartos de círculo de los ángulos.
  • En el mosaico se pueden ver dentro de unos rombos curvos animales de "garra", -que los romanos creían que legitimaban el poder-, como una tigresa, una leona y un león. Y animales de `pezuña` -que unen a la tierra-, como un jabalí, un venado y un caballo o una yegua.
  • Aparecen también las representaciones de las cuatro estaciones del año.
    • La Primavera es un joven con el torso desnudo y manto de color azul que le cae por el hombro izquierdo; gira ligeramente la cabeza, que adorna con corona floral, hacia su derecha, y porta en este lado un ramo de flores rojas.
    • El Verano es otro joven ataviado de la misma forma, con collar al cuello y la cabeza girada hacia su izquierda y adornada con espigas.
    • La alegoría del Otoño, está vista de frente, aunque dirige con su cabeza y su mirada hacia su derecha; su torso desnudo se cubre con la pardalis (concha de tortuga leopardo), que le cae por el hombro izquierdo; se adorna con los típicos racimos de uvas colocados a ambos lados de la cabeza.
    • El busto del Invierno, como un personaje de semblante triste, ataviado con traje drapeado y cubierta con manto sobre la cabeza, en tonos azul y ocre, portando las plantas típicas del invierno, ramas de mijo sobre la cabeza y ramo de olivo en su lado izquierdo; el rostro y la mirada se vuelven levemente hacia su izquierda.
  • Si se observa con detalle, se aprecia que el color de la piel la tiene en cuenta el artista, siendo luminosa y clara en la Primavera, más intensa y oscura en el Verano, más clara en el Otoño y opaca para el Invierno.
  • Las lunetas o medias circunferencias de los lados mayores se han decorado con cuatro erotes vistos de tres cuartos, dos de frente y dos de espaldas, con la cabeza de perfil y el cabello en tonos castaños; ofreciendo racimos de uvas aquellos a perdices y estos a faisanes. Los amorcillos con cuerpos regordetes y en movimiento, han dejado sus atributos característicos apoyados en el suelo detrás de ellos, el arco y el carcaj con las flechas que disparan impeliendo al amor y a la pasión. Están representados desnudos y provistos de alas, proyectando tres de ellos sombras hacia delante y solo en uno de ellos, el más próximo a la estación del Invierno, éstas se proyectan hacia atrás. Pretenden atrapar a los animales que se disponen a picotear las uvas. Las aves tienen una pata de color naranja y la otra marrón oscuro, como queriendo mostrar la luz en la parte más próxima al espectador, y la sombra al fondo.
  • En las lunetas de los lados menores se han figurado erotes cazadores, que acaban de atrapar una liebre a la que agarran por las patas traseras. Están representados de tres cuartos, uno de frente y otro de perfil, proyectando las sombras hacia atrás; el arco y el carcaj figuran detrás de ellos apoyados en el suelo.
  • En la parte central del mosaico, que recubre el suelo de una habitación cuadrada de unos doce metros por doce, hay escenas de dos mitos clásicos: el del juicio de París y el mito de Selene.
  • Con el primero, comenzó la guerra de Troya, tras el enfrentamiento de Afrodita (Venus), Hera (Juno) y Atenea (Minerva) por la manzana de la discordia. Eris o Eride, la diosa de la Discordia, molesta por no haber sido invitada a las bodas de Thetis y Peleo, a la que habían sido convidados todos los dioses, urdió un modo de vengarse sembrando la discordia entre los invitados: se presentó en el sitio donde estaba teniendo lugar el banquete, y arrojó sobre la mesa una manzana de oro, que habría de ser para la más hermosa de las damas presentes. Tres diosas (Atenea, Afrodita y Hera) se disputaron la manzana produciéndose una gran confusión y disputa, que hubo de intervenir el padre de todos los dioses, Zeus (Júpiter en la mitología romana). Zeus decidió encomendar la elección a un joven mortal llamado Paris, que era hijo del rey de Troya. El dios mensajero, Hermes (Mercurio), se le representa con el caduceo, fue enviado a buscarlo con el encargo del Juicio que se le pedía; localizó al príncipe-pastor, hijo de Príamo y Hécuba, en el monte Ida, vestido a la moda oriental, y le mostró la manzana de la que tendría que hacer entrega a la diosa que considerara más hermosa. Precisamente por eso lo había elegido Zeus; por haber vivido alejado y separado del mundo y de las pasiones humanas. Así, se esperaba de él que su juicio fuera absolutamente imparcial. Cada una de las diosas pretendió convencer al improvisado juez, intentando incluso sobornarlo. La diosa Hera, esposa de Zeus, le ofreció todo el poder que pudiera desear, o, también, el título de Emperador de Asia; Atenea, diosa de la inteligencia y de la guerra, le ofreció la sabiduría o la posibilidad de vencer todas las batallas a las que se presentase (Atenea lleva la cabeza de la Medusa sobre su pectoral, haciendo alusión al trofeo entregado a la diosa por Perseo, tras darle muerte y liberar a Andrómeda de la roca en la que se hallaba encadenada, espiando las palabras proferidas por su madre Cassiopea de ser la más bella de las nereidas); Afrodita, le ofreció el amor de la más bella mujer del mundo. Afrodita se desnudó para demostrar así su belleza y por ello ganó. Paris se decidió finalmente por Afrodita, y su decisión hubo de traer graves consecuencias para su pueblo, ya que la hermosa mujer por la que Afrodita hizo crecer el amor en el pecho de Paris, era Helena, la esposa del rey de Esparta, Menelao; en ocasión del paso de Paris por las tierras de este rey, y después de haber estado una noche en su palacio, Paris raptó a la bella Helena y se la llevó a Troya. Esto enfureció a Menelao y éste convocó a los reyes aqueos como Agamenón, su hermano, que fue nombrado comandante en jefe; Odiseo, que, inspirado por Atenea, fue el que ideó el caballo de madera con el que la expedición aquea pudo por fin tomar Troya y Aquiles, entre muchos otros, para ir a recuperar a Helena o, si fuese necesario, pelear por ella en Troya, hecho que glosa Homero en la Ilíada.
  • En el mito de Selene, diosa griega que en la mitología romana era la Luna, se cuenta como Endimión, pastor del que se enamoró, cayó en un profundo sueño del que solo despertaba para ella. Selene es hija de los titanes Hiperión y Tía, y hermana de Helios, el Sol, y de Eos, la Aurora. Se la representaba como una mujer joven y hermosa, que recorría el cielo en un carruaje de plata tirado por dos caballos. Se le conocen muchos amores. De Zeus tuvo una hija, Pandia. En Arcadia fue amante del dios Pan, quien le había obsequiado una manada de bueyes blancos. Sin embargo, su historia más conocida es la que comparte con Endimión, pastor de Caria. Una noche de verano, luego de cuidar sus rebaños, Endimión se refugió en una gruta en el monte Latmos para descansar. La noche era clara, y en el cielo Selene paseaba en su carruaje. La luz de la luna entró en la cueva, y así Selene pudo ver al joven dormido. Desde el momento en que la diosa lo miró se enamoró de él. Descendió entonces del Cielo, y Endimión fue despertado por el roce de los labios de Selene sobre los suyos. Toda la caverna estaba iluminada por la luz plateada de la Luna. Ante él vió a la diosa brillante, y entre los dos nació una gran pasión. Selene subió después al Olimpo, y rogó a Zeus que le concediera a su amado la realización de un deseo, y el Señor del Olimpo aceptó. Endimión, luego de meditarlo, pidió el don de la eterna juventud, y poder dormir en un sueño perpetuo, del que sólo despertaría para recibir a Selene. Zeus le concedió su petición. Desde entonces, Selene visita a su amante dormido en la caverna del monte. De este amor nacieron cincuenta hijas, también hijo de Selene y de Endimión fue Naxo, el héroe de la isla de Naxos.
  • Los estudios estratigráficos preliminares de los arqueólogos han determinado que se trata de un mosaico de finales del siglo I o principios del siglo II.
  • El mosaico no presenta señales de desgaste por uso y apareció debajo de una capa fina de cenizas, lo que lleva a pensar que el edificio fue destruido de forma inmediata tras la finalización de su erección.
Fuentes:
  • Mosaico de los Amores https://mosaicaromana.wordpress.com/2016/05/10/mosaico-de-los-amores-en-castulo-jaen-2/
  • López Monteagudo, G., “El mosaico de los “Amores” de Cástulo”, 7 esquinas, Revista del centro de estudios linarenses, Año V, número 6, (2014), Corpus de Mosaicos romanos de España.
  • “La aventura de la arqueología en Cástulo”, http://www.ideal.es/jaen/planes/201407/13/aventura-arqueologia-castulo-20140708172407.html

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