Años antes se había cerrado el Principal y las representaciones tenían
que hacerse en teatros ambulantes instalados en la Plaza del Mercado.
No había ningún local en Jaén destinado a las representaciones o recitales y la población de la ciudad no superaba los 27.000 habitantes.
La afición al teatro en Jaén ha estado testimoniada durante siglos, ya desde la época del Condestable Iranzo, en cuya Crónica se testimonian las representaciones medievales de Reyes Magos o Navidad.
A raíz de un incendio que arrasa en 1904 una caseta de feria levantada con madera y tela y que estaba ubicada junto a la Calle San Clemente, un grupo de amigos deciden de que ya era hora de que Jaén contase con un edificio moderno para la representación de obras teatrales.
El proyecto fue obra del afamado arquitecto malagueño don Manuel Rivera.
Originalmente constaba de 300 asientos en su patio de butacas mas otras 136 de los palcos y plateas.
El teatro se inauguraría el 26 de septiembre de 1907, con la representación de las piezas Sancho Ortiz de las Róelas, de Lope de Vega, y El Viejo Celoso, de Cervantes, a cargo de la compañía Jiménez-Villagómez.
No hubo un movimiento contra su derribo, ni tan siquiera se generó una corriente crítica al respecto.
Su orden de demolición se dictó en 1972 y se inscribió dentro de una política muy agresiva y extremadamente especulativa que dañó irreparablemente el entorno de la Carrera de Bernabé Soriano, sumándose a la desaparición de otros edificios historicistas y regionalistas que se habían venido construyendo en el último tercio del siglo XIX y principios del XX.
Finalmente, en julio de 1975 se iniciaría su demolición definitiva.