Fue reina consorte de España como esposa de Carlos IV, y una figura clave en los turbulentos años previos a la invasión napoleónica. Su vida estuvo marcada por el poder, la intriga y una influencia política que desbordó los límites tradicionales de la monarquía femenina.
Considerada la última reina del Antiguo Régimen, su figura ha sido objeto de juicios contradictorios: desde mujer intrigante y dominante hasta víctima de las circunstancias políticas.
Casa real: Borbón-Parma. Nieta de Felipe V de España y de Luis XV de Francia.
Nació el 9 de diciembre de 1751 en Parma, Italia.
Se casó en 1765 con su primo Carlos, entonces príncipe de Asturias, quien sería coronado como Carlos IV en 1788.
Tuvo numerosos hijos, entre ellos Fernando VII y Carlota Joaquina, reina de Portugal.
Su estrecha relación con Manuel Godoy, favorito del rey, generó escándalos y rumores sobre su influencia y posibles amoríos. Se le atribuye haber promovido su ascenso meteórico.
Rivalizó con figuras como la duquesa de Alba y la duquesa de Osuna. Se la acusó incluso de haber envenenado a su nuera, María Antonia de Nápoles.
Fue pintada por Goya, quien la representó con una mezcla de realismo y crítica, reflejando su carácter dominante.
En 1808 se produjo el Motín de Aranjuez. El descontento popular y las tensiones con su hijo Fernando desembocaron en este levantamiento, que forzó la abdicación de Carlos IV.
Tras las abdicaciones de Bayona, vivió en Francia y luego en Roma, donde murió en 1819.
Tras su exilio junto a Carlos IV, vivió sus últimos años en Italia.
Murió el 2 de enero de 1819 en el Palacio Barberini de Roma, que en ese momento formaba parte de los Estados Pontificios.
Fue enterrada en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial, junto a otros miembros de la familia real.