Nació en Tréveris (actual Alemania) en el año 340, en una familia cristiana de alto rango.
Fue educado en Roma, donde destacó en retórica, derecho y filosofía.
Antes de ser obispo, fue gobernador de Liguria y Emilia.
Su elección como obispo de Milán en 374 fue inesperada: aún no estaba bautizado, pero fue consagrado en apenas una semana.
Luchó contra el arrianismo, defendió la fe nicena y promovió la independencia de la Iglesia frente al poder imperial, enfrentándose incluso al emperador Teodosio.
Fue uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia Latina, junto con San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno.
Fue decisivo en su proceso de conversión de San Agustín, tanto por su predicación como por su ejemplo de vida.
Produjo tratados como De fide, De Spiritu Sancto y De officiis ministrorum, que influyeron en la ética cristiana y la doctrina trinitaria.
Introdujo himnos y cantos antifonales en la liturgia, dando origen al llamado rito ambrosiano.
Promovió su veneración en Occidente, marcando un giro en la espiritualidad cristiana.
Murió en 397.
Se celebra el 7 de diciembre.
Suele representarse con vestiduras episcopales, un libro y una colmena o panal, símbolo de su elocuencia y sabiduría.