Se trata de un gran ejemplar de falsa acacia (Robinia pseudoacacia).
Tiene un tronco viejo de grandes dimensiones.
Su copa está muy deteriorada por su avanzada edad.
Se desconoce su edad, aunque debe rondar los 200 años de azarosa existencia, que ha dejado huella en su maltrecho tronco. Está considerado uno de los árboles más antiguos de la ciudad. En la colina de la Alhambra existía otro ejemplar de la misma época pero desgraciadamente se secó. Es una joya viviente.