Se trata de un pequeño salón cuya decoración une elementos neoclásicos con motivos en relieve de porcelana sobre fondo blanco.
Fue construida en época de Carlos III, influenciado por las construcciones similares que llevó a cabo como rey de Nápoles y Sicilia, especialmente en el Palacio Real de Caserta.
La porcelana está realizada en la Real Fábrica del Buen Retiro.
Destaca especialmente el pavimento, diseñado por Gasparini con trozos de diferentes tonalidades de marmol, que en invierno se cubre con una enorme alfombra que simula los mismos dibujos.