Portada de arco de medio punto con clave decorada con una voluta y sobre ésta un escudo heráldico.
Puerta de clavazón con doble hoja y en la hoja derecha con portichuela.
Rejería saliente de rosetas.
Vivienda sobria, maciza y austera, en la línea que caracteriza la arquitectura local, debido, en gran medida, a la escasez de vanos y a la opacidad que le imprime su carácter pétreo.
Aunque situada en uno de los barrios por los que crece la villa en el siglo XVIII (Calle Trinidad y Camino de Linares), muestra una serie de particularidades que subrayan su procedencia anterior.
Apoyada sobre el flanco sureste del Cerco de muralla que cerró el núcleo urbano en las postrimerías del siglo XV, ofrece una excelente portada con arco de medio punto sobre impostas. Este tipo de cerramiento, muy excepcional en la localidad, tan sólo se nos presenta en la portada de la casa consistorial y los edificios de carácter religioso (iglesias). Este elemento certifica un origen muy temprano, con seguridad anterior a la casona de labor que se generalizará en su entorno durante el siglo XVIII y cuya muestra más evidente, calle abajo, es la Casona de los Charidad Villalobos.
Pérez Caballero debió tratarse de una de las primeras intervenciones civiles de reutilización de la muralla, ya por los primeros años del siglo XVI (plateresco).
En el tránsito del siglo XVIII al XIX, la casona es adquirida por Joseph Pérez Caballero, miembro del Real Consejo de Hacienda y residente en Madrid, al amparo de la desamortización eclesiástica desarrollada durante el reinado de Carlos IV. Pérez Caballero invirtió 430.000 reales en 69 olivares que comprendían 7.046 olivas (en su mayoría eran propiedad de la Iglesia, pero también de particulares), 8 parcelas de grano, 2 casas y un molino de aceite, convirtiéndose así en el mayor terrateniente de Baños. El carácter foráneo de Pérez Caballero, le obligo a dejar sus negocios, ya fuera como agente de compras o como administrador, a Juan Joseph Villar. Este vecino de Baños, panadero, adquirió en subasta por esos años un horno de la fabrica de la parroquia. Con toda seguridad, Juan Joseph, establecido en los niveles superiores de la clase de los pecheros, fue el residente real de la casona.