Fue construida en 1793, en estilo colonial, según el modelo de las iglesias erigidas en las Nuevas Poblaciones, sobre el solar contiguio a la antigua Ermita de la Santa Vera Cruz de Santa Elena construida tras la Batalla de las Navas de Tolosa y que amenazaba derrumbamiento por orden de Carlos IV.
La fachada, de esquema geométrico, conjuga el ladrillo y el blanco de la cal.
Construida en mampostería revocada y pintada, su sencilla fachada, de reducidas dimensiones, habla un lenguaje clasicista.
Sobre la cornisa del primer cuerpo se alza la espadaña de piedra arenisca, típica colonial, de estructura piramidal en tres niveles, con pináculos en los extremos y huecos de medio punto para campanas, que subraya su jerarquía convirtiéndola en el edificio más alto de la plaza.
La portada abre en arco de medio punto de piedra arenisca sobre impostas entre pilastras toscanas que dan paso a un entablamento terminado con frontón triangular flanqueado por dos óculos, uno a cada lado.
Una ligera escalinata enfatiza la puerta de acceso.
En su interior presenta una sola nave de cajón, cubierta con bóveda
de medio cañón de escayola y lunetos dobles a los lados.
Tiene una capilla en su lateral derecho y sacristía también a su derecha.
Coro alto.
El presbiterio se abre con
un arco toral.
Tiene hornacinas con bóveda de aristas.
Se ilumina con dos grandes ventanales en forma de óculos.
La cabecera la preside la imagen de la patrona, Santa
Elena, entre columnas dóricas que soportan un entablamento y un frontón curvo.
La última remodelación que sufrió la iglesia fue en el año 2001.